Todo comienza con un paseo por el municipio de Villadepera, dentro del majestuoso Parque Natural de los Arribes del Duero. David se ha hecho eco de la mina «El Carrascal» donde en la época romana se realizaban extracciones de minerales como el estaño. Un lugar con una extensión de posiblemente varios kilómetros donde hace mil años los mineros trabajan picando de una manera más rudimentaria hasta que, la ampliación de nuevas galerías en los años 70, incorporó herramientas mecanizadas. Actualmente estas instalaciones se encuentran únicamente dirigidas al turista curioso como nuestro viajero madrileño.
En el entorno de Villadepera existen más particularidades interesantes de ver y todas relacionadas con la naturaleza. El Duero y las encinas se hacen denotar en el territorio que lo en galardona y lo convierte en un lugar magnífico para descubrir. Del gran número de rutas de senderismo que coexisten en este espacio zamorano, un destino relevante como el del mirador «Peña Centigosa». Donde disfrutar de los Arribes del Duero y llegar a ver el Puente de Requejo.
Y de un entorno minero a otro. Pino del Oro es el siguiente destino de nuestro urbanita favorito. No muy lejos de Villadepera y unidos por el Puente de Requejo. Una interesante obra de ingeniería civil de comienzos del siglo XX que unió los territorios de Sayago y Aliste.
La población de Pino del Oro también fue «conquistada» por los romanos que dedicaron mucho esfuerzo a extraer el oro de esta tierra. Manuel Iglesias, el geólogo al que ha acudido David para buscar explicaciones de toda esta historia milenaria, le cuenta que hay cierta vinculación en los yacimientos de ambas poblaciones por simple sentido común y le relata el motivo. Lo cierto es que la zona ha recibido visitantes a lo largo del tiempo que suelen hacer perforaciones para seguir buscando algo que tal vez esté o no… ¿Quién sabe? 😉