Todo comienza la mañana del despertar de la primavera en Santa Marta de Tera. Una mañana de las pocas al año en la cual ocurre un fenómeno natural gracias al equinoccio donde el astro sol entra de manera mágica al interior de la iglesia. Creando un espectáculo visual al que no le faltan espectadores.
Un hecho cargado de misticismo religioso y de diferente interpretación por muchas de las personas que han pasado por este lugar durante los anteriores años y que han podido disfrutar de la figura del Apóstol Santiago el Mayor. Una escultura ubicada en el exterior que es referencia para muchos peregrinos que viajan en dirección a Santiago de Compostela.
El día continua cargado de actividades para dar paso a la visita de la villa romana de Orpheus en Camarzana de Tera. Un espacio milenario que recoge el palacio rural de verano de un cargo apoderado de la época con gran vinculación al asentamiento militar de Petavonium en Rosinos de Vidriales que David conoció recientemente.
La pesca de la trucha es la actividad deportiva que hoy nuestro viajero favorito conoce de primera mano en la playa fluvial de Pumarejo. El río Tera es un lugar magnífico para los pescadores que quieren conseguir su particular premio tras una jornada entre anzuelos.
Micereces, Santa Croya son los lugares de paso hasta llegar a Santibáñez de Tera para disfrutar de la gastronomía heredada de padres a hijos. Tradición que guarda bocados exquisitos y vinculados a la caza y la pesca. ¡Buen provecho, David!
Esta última población revela un proyecto solidario abierto para todos los vecinos que quieran participar en la actividades físicas y de convivencia que la ONG Acción Norte pone a disposición para toda la localidad.