Cuarenta y cinco episodios. Cuarenta y cinco capítulos del diario de David durante, prácticamente, un año. Más de 5.000 km recorridos por la provincia de Zamora donde ha recogido el testimonio de más de 250 personas en más de 100 horas de conversación con ellos. Relatos emocionales, arraigados a una tierra con centenares de años de evolución que han sido contados por cada uno de los invitados, únicamente con la intención de explicar qué ha aportado Zamora a la historia de todos. Pero también datos técnicos y objetivos de muchos participantes que han formado parte de esta primera aventura de un urbanita madrileño que un buen día salió de su zona de confort y entró en la llamada "zona mágica".
Conocer la cultura popular ancestral, la conexión innata con la naturaleza y la fuerza de la fauna en un territorio protegido. Cuestiones que enriquecen la vida de muchas personas acostumbradas a girar y girar en una rueda social de la que solamente los valientes se atreven a bajar. ¿Existe el miedo a un cambio paradigmático?
Descubrir una suculenta gastronomía tradicional libre de artificios, aditivos y prefiriendo lo natural a lo estrictamente estético. Deliciosos caldos mimados desde su recolecta en las viñas hasta su puesta en boca. ¿Cómo no sentirse orgullo de ello? Cosechas, técnicas y gustos perfeccionados por muchas generaciones apasionadas del buen hacer, del orgullo por mejorar y del sentimiento por situar una región en el mapa mundial.
Nuestro viajero ha conocido a gente resiliente, fuerte y resistente a una climatología poco facilitadora que ha luchado por su condición castellana y ha tenido que adaptarse a cambios en los que no tuvieron ni voz ni voto. Relatos que hacen reflexionar sobre nuestro estilo de vida cómodo y sobre quien hicieron aquello posible. Nuestro padres, abuelos, bisabuelos... lucharon por lograr justicia, tumbar fronteras y permitirnos ser libres gracias a la educación. Tal vez, nosotros jugamos una partida de cartas donde los comodines los repartieron ellos y ahora nos desprendemos del pasado, sin valorar el presente, ni preocuparnos del futuro.
La vida ha girado más despacio durante los últimos meses para David. Dándole tiempo a escuchar, pensar y hablar en una tierra rica en valores que, en la época social actual ha perdido peso como otras muchas en España, desafortunadamente. Cuidar, proteger y defender el patrimonio natural es vital ahora para él. Ríos, valles, montañas, fauna salvaje... nos pertenecen a todos y a nadie.
¿Es momento para seguir adelante con esta filosofía de vida o volver a la rutina de la que partimos?