La diversión en la ciudad de Toro está asegurada durante carnavales y David no ha tardado en decidir pasar la semana, que duran estas celebraciones, en un lugar histórico.
Y es que en esta localidad cada rincón cuenta con relatos centenarios clave para el devenir de los acontecimientos actuales. Desde el Monasterio de Sancti Spiritu donde habitó la nobleza como la esposa del rey Juan I de Castilla o la nieta del rey Alfonso XI de Castilla, pasando por la reconstrucción del puente romano que salva al río Duero y hasta el mandato de los reyes de León para la construcción de la Colegiata de Santa María la Mayor.
La fiesta no cesa durante estos días en Toro y su «Boda de Carnaval», en particular, se convierte en uno de los actos con más relevancia de los festejos. Celebraciones que no se detuvieron durante la época de la censura en España como nuestro aventurero descubre de la mano de un vecino.
En paralelo con el carnaval, David aprende todo lo que le es posible sobre la producción vitivinícola, desde la extricta poda productiva hasta la creación de la D.O. Toro y los sueños de un antiguo adolescente que deseaba exportar el vino de la región a todo el mundo. Lugares como México que actualmente es destino de muchas botellas elaboradas al año.
De vuelta al casco urbano, la algarabía carnavalesca sigue empeñada en proseguir los actos con el «día del Baúl» que organizan «las Domingueras y los Peseteros». Dos incansables e históricos grupos de la fiesta.
Muchos más lugares emblemáticos como el Alcázar o la plaza de toros con casi 200 años de historia completan el primer viaje que nuestro urbanita viajero realiza a Toro.